Capítulo 41

ARTEMIS

No dejo de golpear la pared, una y otra vez, los nudillos de mis manos sangran, pero no me importa, esta jodida necesidad de estar con ella hace que la vista se me vuelva nula, y que mis pensamientos tomen formas que no me gustan, lanzándome pensamientos extraños y peligrosos. La quiero, la ...