Capítulo 26

AKIN

La sangre salpica los puños de mi halcón negro, siento que, si no hago esto, nunca voy a poder sacarle de la cabeza a esa chica que se le metió en el sistema como un maldito virus, uno que está acabando con el buen juicio de mi hijo Uriel y con la poca paciencia con la que nací.

—Padre.

Ordeno ...