La dulce venganza

Lucía se peinaba el cabello, se sentía ansiosa porque desde ayer Leo no quería hablar con ella. Ni siquiera la dejaba salir de la habitación antes de que él regresara. Parecía demasiado ocupado para preocuparse por algo peligroso.

—¡Llámame loco, llámame enfermo! ¡Seré tu peor pesadilla! ¡Seré tu h...