Capítulo 32

—Espera—

Pero él sigue hablando mientras agarra su pene y lo arrastra sobre mi coño. —Mil fantasías por cumplir. Un millón. Nunca será suficiente.— Me encanta cuánto le gusta frotar la cabeza de su pene sobre mi clítoris, me encanta lo sucio que se siente. —Ni siquiera te dejaría usar ropa en veran...