Capítulo 28

Sus cejas se levantan.

—Hace unos días estabas comprometida con mi hijo.

—Sí, lo estaba. —Me muevo para sentarme a horcajadas sobre su regazo, y él me deja. Me inclino y rozo mis labios con su oído. El resto de lo que estamos haciendo es para la cámara. Estas palabras son solo para nosotros—. ¿No ...