CAPÍTULO 82

— ¡Te amo! —Grité mientras la sacudía al ver que cerraba los ojos—. Mi día termina y empieza contigo, así que no me pidas algo como eso. Resiste mi amada, resiste un poco más... por favor.

— ¡Dalila! —Escuché en un grito—. Dios mio, no.

Mi mamá se agachó mientras examinaba su abdomen, todo lo hac...