37. Epílogo

—James, cariño, deberíamos parar —ya estaba mojada. Maldición, hemos estado casados por tanto tiempo. Debería poder decirle que no. Pero simplemente no podía, él era demasiado irresistible para mí.

—Lori, amor. Vamos, todavía tenemos media hora más. Lo haré rápido, ¿de acuerdo? Shhh... no pienses e...