36. Noche de bodas

—¿Dormir? —le pregunté mientras deslizaba mi mano por su duro pecho.

Esposo. Ahora es mi esposo. Es mío.

—¿En serio, James? ¿Me estás preguntando esto? Pensé que ya me conocías mejor. Empieza a desnudarte, cariño. Ahora vuelvo, tengo una sorpresa para ti —le guiñé un ojo y fui al baño.

Compré la ...