22. Los sentimientos

Richard todavía me sostenía. Me conocía, me conocía demasiado bien.

—Aquí... dame tus llaves, déjame poner tus cosas adentro. Vamos, te llevaré a tu casa. No estás en condiciones de conducir. Tomaré un taxi de regreso. Vamos.

Estaba demasiado triste, demasiado cansada para discutir con él. Todos e...