


Capítulo 80.
Maximilien estaba deslumbrado con la belleza de Helena , sentía que la vida le estaba haciendo el regalo más grande al permitirle estar a su lado, estaba dispuesto a todo por defender su amor, y no pensaba permitir que los errores del pasado se repitieran.
Con Helena Maximilien tenía la oportunidad de comenzar de nuevo, dejando atrás la vida que tenía durante el tiempo que permanecieron divorciados.
La toma de la mano y camina orgulloso dejándose envolver por la fragancia de su cabello que lo enloquece, abre la puerta del coche y la ayuda a subir, le da un beso que está cargado de deseo, les cuesta mucho poder resistirse a la química que los envuelve, así que haciendo acopio de todas sus fuerzas cierra la puerta del coche y sube para dirigirse a casa de sus padres.
—Podemos quedarnos en casa o ir a otro lugar si te sientes incómoda con esto.—Le dice con total honestidad.
Helena lo mira y le dedica la más sincera de las sonrisas.
—No es necesario, quiero hacer esto por nosotros, amor.—Señala.
Maximilien le acaricia la mejilla y suspira profundo.
—Eres maravillosa, me siento tan dichoso de tenerte, hermosa.—
—Lo mismo siento, mi vida.—
El trayecto hacia la casa de los Baker, se tornó muy tranquilo, la música y el ruido de la ciudad amenizaban la alegre conversación que sostenían.
Llegaron a la casa y ellos ingresaron, allí estaban todos reunidos, el mayordomo los hizo pasar al comedor, y tal como imaginaron, las miradas por parte de todos no se hicieron esperar.
—Bienvenidos, pasen, los estábamos esperando para servir la cena.—Dijo Emma.
—El embarazo te sienta divinamente, Helena —Comentó Gregory.
Helena corresponde al cumplido con una amable sonrisa y él le toma la mano y la besa con cortesía y luego abraza a Maximilien.
Terminan de saludar a todos los presentes, y por supuesto Billy y su mujer no tardarían mucho en comenzar con sus imprudentes comentarios.
—Esperemos que tener tres hijos no afecte a tu figura, conociendo los gustos de mi cuñado con las mujeres, dudo mucho que vayas a seguirle gustando si tu cuerpo cambia.—Dijo Valeria en forma irónica.
—¿lo dices por experiencia propia supongo?—Preguntó Helena dejándolos boquiabiertos.
No se esperaban la reacción de Helena , pensaban que seguiría soportando sus humillaciones como lo hacía en el pasado, nunca le gustó provocarle disgustos a Maximilien, lo amaba tanto, y por si fuera poco ella siempre fue muy ingenua y consideraba que un problema en la familia, lo único que ocasionaría sería aumentar la tensión entre ellos.
Pero ahora no estaba dispuesta a permitir que nadie la hiciera sentir mal, y mucho menos que la menospreciaran, la mujer sumisa había quedado en el pasado, y había llegado la hora de demostrarlo.
—Claro que lo digo por experiencia, querida, y tu hermana según recuerdo supo aprovecharse muy bien de eso.—Contraatacó ella.
—No voy a defender a Ana, pero para que algo ocurra se necesitan dos, y tu marido sabía perfectamente lo que estaba haciendo.—Le dijo.
Valeria tenía las mejillas encendidas por la rabia que sentía, no soportaba ver a Helena más segura de sí misma que nunca, y eso le molestaba de sobremanera.
—Ya vasta, Valeria, no te voy a permitir que sigas molestando a Helena .—Intervino Maximilien.
—Déjala mi amor, para nada me molestan los comentarios malintencionados de la señora, se nota a kilómetros que no es feliz, y claro, le molesta que otras personas si puedan serlo.—Contestó con firmeza. Una sonora carcajada se escuchó rompiendo el silencio incómodo que se había producido.
—Todo un duelo de fieras.—Se burló Gregory.
—¿Para esto querías que la familia se reuniera?, para exponernos a este tipo de comentarios patéticos.—Se quejó Maximilien con toda razón.
—Estás muy sensible, hermanito, tal parece que los síntomas del embarazo de tu mujer los tuvieras tú.—Bromeó Billy tratando de hacerse el gracioso como siempre.
Maximilien lo fulminó con la mirada, pero decidió ignorarlo.
—¿Su mujer?, según tengo entendido, tú y Helena continúan divorciados, y si hasta ahora no se han casado es porque Maximilien no está seguro de dar ese paso nuevamente contigo.—Añadió Valeria con intención de hacer sentir mal a Helena .
—Te equivocas, Helena es la única mujer con la que me casaría, y la prueba de eso es que en el tiempo que estuvimos separados, jamás pude casarme con nadie más que no fuera ella.—Contestó.
—No olvidemos a Diana.—Dijo Billy.
—Por favor, esa no fue una elección mía, sino de ustedes que no dejaban de entrometerse en mi vida, pero perfectamente saben que jamás sentí nada por ella, y espero que no vuelvan a hacer otro comentario de estos, porque no lo voy a tolerar.—
Dejen de actuar como idiotas, y mejor pide que nos sirvan la cena, Emma.—Agregó Gregory.
La cena se tornó incómoda, se miraban como enemigos, Maximilien y Billy no se soportaban, y Emma detestaba a Helena porque supuestamente no pertenecía a su círculo social.
Pasaron a la sala para tomar un café, Maximilien sostenía la mano de Helena en señal de apoyo, quería que en todo momento ella se sintiera protegida y respaldada por él.
—Deberías integrarte a la empresa para ayudar a tu hermano, Billy.—Sugirió Emma.
—No me hagas reír, mujer, este hijo tuyo, para lo único que sirve es para gastar nuestro dinero.—Contesta Gregory lanzándole una mirada despectiva a Billy.
Había mucho rencor en los ojos de Billy, su padre siempre lo había menospreciado, pues él jamás demostró tener potencial alguno para seguir con su legado, en cambio Maximilien, era un dechado de virtudes y un gran estratega en los negocios, por eso había conseguido llevar al corporativo a dimensiones inimaginables.
—Ya te habías tardado en sacar a relucir quien es tu hijo favorito, padre.—Le reclamó Billy.
—Claro que no, hijo, su padre los quiere a los dos por igual.—Intervino Emma para tratar de mediar entre los dos.
—Me parece muy bien que lo tengas claro, tu jamás podrás estar al nivel de tu hermano, te falta astucia e inteligencia, tendrías que volver a nacer para que eso pasara.—Dijo Gregory sin temor a herir sus sentimientos.
El ambiente se puso tenso una vez más, Gregory no tenía reparo en decir las cosas, y eso siempre terminaba lastimando a los demás, Billy sentía un profundo odio por su padre, pues jamás obtuvo de su parte ninguna clase de afecto, todo lo contrario, se comportaba de manera implacable, no obstante, eso no sirvió de nada, ya que Billy se había convertido en una causa perdida y prefirió optar por convertirse en una persona sin oficio, un hombre sin escrúpulos capaz de hacer cualquier cosa para obtener lo que quería. Al final de cuentas, él era el vivo retrato de su padre en cuestión de sentimientos, en cambio Maximilien, tan solo poseía el temperamento de su padre y la inteligencia en los negocios, pero sus sentimientos y personalidad eran completamente opuestos.
Quiero que sepas que eres plenamente correspondido, siento lo mismo por tí.—Lo enfrentó Billy dejando salir todo el resentimiento.
—Pregúntame si me importa, parásito, si te recibo en mi casa es solamente para complacer a tu madre.—Contesta fríamente.
—No, viejo, tú me recibes en tu casa, y me das todo lo que tengo, porque no quieres que tu fachada de hombre intachable se derrumbe, y si quieres que esto se mantenga de esa forma, más vale que ni se te ocurra mover ninguno de mis privilegios.—Le advirtió.
Gregory estuvo a punto de golpearlo, pero Maximilien se interpuso para evitar un enfrentamiento entre los dos, no lo hacía porque su hermano le preocupara, simplemente no quería que Helena tuviese que presenciar algo tan bochornoso como eso, y mucho menos en su estado tan delicado.
—Ya fue suficiente, cálmense los dos, parecen perros y gatos, saben que, esta farsa se terminó, eso de jugar a la familia feliz, definitivamente no se les da, ven mi amor, nos vamos de aquí.—Sentenció.
—¿Ves lo que consigues con tu estúpida actitud?—Dice furioso.
—Lo mismo te digo, pero claro, como tu hijo favorito se hace la víctima, te importa, pero si fuera yo quien lo hiciera, te daría lo mismo.—Reclamó Billy .
—Debería darles vergüenza, son patéticos los dos.—Repuso Maximilien levantándose de su lugar junto con Helena para marcharse.
Gregory rompe todo lo que se encuentra a su paso, y después se marcha dejando los a todos con un mal sabor de boca. Emma trata como siempre de consolar a su hijo predilecto, para ella Billy es su centro, todo su mundo, por lo que no soporta que nadie lo traté mal.
—Cálmate mi amor, ya conoces a tu padre, les advertí que no le llevaran la contraria, y desde que esa mujer llegó, Valeria, no hiciste más que atacarla. —Recriminó Emma.
—No soporto que esa oportunista esté entre nosotros, suegra, por eso tenía que decirle sus verdades. —Se defendió.
—No cambies el tema, mamá, fuiste tú quien lo echó todo a perder cuando sacaste a relucir esa tontería del trabajo. —Intervino Billy.
—Lo hice porque necesito que te acerques a tu padre, no puedes estar enfrentado con él todo el tiempo, ¿O que quieres?, ¿Que te saque del testamento?, Si sigues provocándolo eso es lo que vas a conseguir.—Le advierte.
—No se atrevería, no le conviene quedar como un patán ante la sociedad.—Supone.
—No tientes a la suerte, Billy, sabes perfectamente de lo que es capaz tu padre, y sigues provocándolo, el único beneficiado será tu hermano.—
—Y entonces tengo que aguantar todos sus insultos, supongo, tengo que tragarme todas sus ofensas.—
—Si quieres seguir viviendo como hasta ahora, así tiene que ser.—
—No se preocupe, suegra, Billy rectificará su actitud, se lo prometemos.—Aseguró Valeria.
Valeria era una mujer ambiciosa, que para nada le convenía perder los privilegios que tenía dentro de la familia Baker, por eso le soportaba todas sus infidelidades a Billy, y se quedaba callada aun cuando la alta sociedad murmuraba acerca de su relación tormentosa. Por otro lado, Helena y Maximilien conversaban acerca de lo ocurrido, él se hallaba con la mirada perdida, después de todo se trataba de su familia y todo lo que sucedía allí le preocupaba de sobremanera.
—Entiendo cómo debes sentirte, aunque no lo dices, sé perfectamente que te preocupa todo lo que pase en tu familia, amor, pero sabes que conmigo puedes hablar, decirme lo que sea.—Lo instó ella.
—Tú eres un bálsamo en todo esto, cariño, si tú no estuvieras a mi lado, no sé qué pasaría, el tiempo que estuvimos separados fue un infierno, me sentía más solo que nunca, tan vacío.—Confesó .
—Pero ya estoy aquí, mi vida, y esta vez es para siempre.—
El busca un lugar apropiado y detuvo el coche para abrazar a su mujer, se sentía tan afortunado de tenerla y quería hacérselo saber en todo momento.
—Gracias por estar aquí, pequeña, y no dejemos que esto nos arruine la noche, vayamos a un bonito lugar y terminemos la velada de una forma especial.—Propone.
Ella asintió y ambos se envolvieron en un tierno abrazo, y después se dirigieron a un bello restaurante donde tendrían una noche muy especial previo a la sorpresa que Maximilien le tenía preparada y que ella desconocía por completo.