Capítulo sesenta y seis

Enzo

Después de acostar a Domenico, lo cual fue un desafío, ya que era pesado como el demonio para ser un tipo más pequeño, salí a correr por la mañana. Durante todo el recorrido, no podía dejar de pensar en él y en los problemas que estaba enfrentando. No estaba seguro de si se abriría conmigo, ...