Capítulo veintiséis

Honestamente, no tengo ni idea de qué demonios me pasó. Un momento estaba enojado, celoso e irritado, y al siguiente estaba tan lleno de deseo que no podía contenerlo. No cuando ella se veía tan condenadamente sexy y hermosa.

La bofetada dolió, pero solo avivó mi deseo de tomarla aún más. Quería ir...