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Respiro agitada, me encuentro exaltada bajo la oscuridad de la habitación. Aún no amanece, y odio que sea así porque me resultará difícil volver a dormirme. He conseguido calmar el rápido latido de mi corazón, antes se estremecía con furor dentro de mí. El sudoe frío sigue en mi frente y los nervios...