Capítulo 51

—¿¡Dónde estabas, carajo!? —le reclamó Alfonso entre dientes.

—Por ahí —contestó Libia sin ahondar en explicaciones.

—Te busqué como loco… —detuvo sus quejas y miró al frente. Unos penetrantes ojos lo hicieron estremecer al punto que casi moja los pantalones.

Tiodor lo veía con el ceño fruncido, ...