Capítulo 40

La habitación estaba sumida en la oscuridad, apenas iluminada por una lámpara tenue en la esquina. El cuerpo de Libia yacía sobre la cama, con el rostro irreconocible, lleno de contusiones. En el cuarto se escuchaba el monitor de signos vitales, mezclado con el sonido rítmico y constante de la venti...