Capítulo 28

—Señorita Musso, ha llegado el señor Lison —informó la secretaria por medio del teléfono.

Las mejillas de Libia enrojecieron, tardó un poco en contestar. Respiró profundo.

—Que pase, por favor —pidió, con el corazón latiendo desenfrenado.

En cuestión de minutos, Lison tocó la puerta.

»Adelante —...