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Capítulo 31

Sentí a Olivia acurrucarse en mi pecho y dejé mi teléfono a un lado.

—¿Qué hora es? —murmuró.

—Nueve y cuarto. ¿Tienes hambre? ¿Te gustaría comer algo?

—No. Estoy bien. —Se movió fuera de mi regazo—. Puedes llevarme a casa ahora.

No lo creo...

—¿Qué sueles hacer cuando estás molest...