Capítulo 36 La lástima ya no funciona

May no pudo evitar pensar: «No puede ser. Esta mujer malvada lo hizo a propósito. El señor Wellington no pudo haber pasado eso por alto, ¿verdad? De lo contrario, sería un tonto».

En ese momento, Edward tomó un paraguas negro y abrió la puerta sin mostrar ninguna emoción.

—¡Señor Wellington! —llam...