Capítulo cincuenta y siete

DRAVEN

Un gruñido bajo y mortal recorre la habitación. Un sonido tan profundo y aterrador que por un momento olvido quién es el enemigo. Jadeo cuando Leo se congela sobre mí, sus ojos destellando en amarillo y negro, luego tomando un color que solo he visto en los ojos de una pantera. Gimo, luc...