CAPÍTULO 108

Krimer dejaba un rastro de sangre con cada paso que daba. El puñal de plata con incrustaciones rojas brillaba en sus manos. Se plantó frente a Bertram, que aún yacía en el suelo. Compartieron una mirada, la de Krimer parecía vacía y cansada, la de Bertram derrotada.

—Termina lo que empezaste —susur...