Capítulo 39

—¡Dios mío! ¡Esto es increíble!

Nate rió y aceleró el motor de la Harley para recorrer la casi desierta carretera de dos carriles. El viento azotaba su rostro mientras el chillido de Olivia llenaba su oído. Sonrió de nuevo, observando la pradera plana y la larga hierba que se balanceaba en el horiz...