Capítulo 26

Agarrando un par de bragas limpias, cerró el cajón y se dio la vuelta. La habitación volvió a girar. —Vaya. Es como estar borracha, pero no tan divertido.

Él gruñó y le quitó los artículos de las manos. —Mujer terca como el demonio. Y tienes suerte de que estoy tan aliviado de que estés despierta q...