75

—¿De qué estás hablando? —su rostro se tiñó de confusión.

Sussan soltó un chasquido.

—¿Cómo es posible que no te hayas dado cuenta del parecido entre tú y la niña? Son como dos gotas de agua —dijo con obviedad—. Al principio pensé que era mera casualidad, pero confío plenamente en mi intuición, quer...