27

Mientras servía el desayuno, los trillizos comenzaron a discutir sobre qué juegos jugarían en el parque.

—¡Yo quiero jugar a las escondidas! —exclamó el niño que había dibujado el dragón.

—No, yo quiero jugar a la pelota —replicó la niña, cruzando los brazos.

—Podemos hacer ambas cosas —intervino...