Capítulo 101

Uno de los dos jóvenes, un individuo con rizos castaños claros y ojos marrones, extendió su mano para que la estrechara.

—Debe ser la señorita Laurentia —dijo—. Soy Theo. Es un placer conocerla. Me han asignado como su guardaespaldas.

El otro joven, que era unos cinco centímetros más alto que Theo y...