15. ¿Su camisa?

Ese aroma masculino, fresco y extrañamente familiar, envolvió todos mis sentidos, relajando completamente mi cuerpo y mente. Mis párpados se abrieron lentamente, encontrándome de repente mirando esos profundos iris azules, que me devolvían la mirada con amor. Sus perfectos labios carnosos se curvaro...