14. No es ese tipo de chica

Después de horas de suplicar y disculparse por esas palabras, finalmente se dio por vencido y se alejó de la puerta mientras yo seguía llorando en silencio todo el tiempo, acurrucada en la cama, entre las sedosas sábanas blancas.

Todavía no podía creer que él fuera realmente capaz de decir esas pal...