130. Eggo

Cuando abrí el refrigerador, vi otra cabeza en el congelador, toda envuelta. Quedaban dos piezas del rompecabezas por colocar: Nathan, mi maldito tío, y Murphy. Cerré el congelador y agarré los Eggos congelados. Sabía que a Fox le parecía una locura que me gustara comerlos fríos y sin nada. Lo había...