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Rápidamente me dirigí de vuelta al punto de encuentro, con el corazón latiendo de miedo. Cuando llegué, los demás ya estaban allí, sus rostros marcados por la preocupación.

—¿Encontraste algo? —preguntó Sabastian, escudriñando mi cara con la mirada.

Negué con la cabeza. —No, pero creo que Emilia m...