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AMANDA

—¡Dios, cálmate!

Sonreí de oreja a oreja cuando vi una caja roja sobre la cama. Saqué la tarjeta que estaba encima y la leí.

—Compré este vestido para ti. Sé que no te gusta usarlos porque piensas que te ves ridícula, pero créeme, eres la chica más hermosa que he visto. Te amo, mi sol.

—Tu es...