15

—Hagamos una promesa.

Levanté la vista de mi lonchera para encontrarme con los ojos de Zane.

—¿Qué promesa? —pregunté, levantando las cejas.

—Que siempre seremos mejores amigos.

—Por supuesto que lo seremos. Estás atrapado conmigo por el resto de tu vida, idiota.

Él rió y me lanzó un pedazo de ...