Capítulo 38. Pasión renovada.

Las palabras de Oliver despertaron un fuego en Rhoda que creía dormido. Con manos temblorosas comenzó a desabotonar la camisa de su esposo, ansiosa por sentir su piel.

Oliver la ayudó, quitándose la prenda y arrojándola a un lado. Rhoda recorrió con sus dedos el torso desnudo de Oliver, maravillánd...