Capítulo 36. Revelaciones.

La mañana siguiente llegó con una mezcla de anticipación y nerviosismo. Rhoda y Oliver habían pasado la noche en vela, cuidando de Lían y procesando todo lo que había ocurrido en los últimos días.

El niño respiraba con regularidad, su pequeño cuerpo cubierto por una manta que había sido hecha por ...