Capítulo 34. Máscaras caídas.

Oliver se pasó una mano por el cabello nuevamente, intentando asimilar lo que Rhoda acababa de decir. El recuerdo del baile de máscaras en Barcelona empezó a cobrar vida en su mente, difuso al principio, pero luego claro como el agua.

—No lo puedo creer —dijo, con un hilo de voz mientras sus ojos b...