Capítulo cincuenta y cinco

Adrik

Sephie tenía razón. Stephen parecía más ligero. Siempre había sido el callado. Sin embargo, su cerebro nunca se apagaba. Constantemente analizaba todo y a todos a su alrededor. Finalmente lo vimos relajarse. Realmente relajarse. No estaba en guardia. No estaba esperando que algo sucediera. ...