Difícil de creer

Se volvió para mirarme.

—¿Por qué te ríes?

—Por nada. —Me acerqué y lo abracé—. Solo te amo.

Él me apretó en respuesta, inclinándose para besarme. Se sentía bien, pero tenía que ocuparme de cosas más importantes. Me aparté y tiré de su brazo.

—Vamos. Toma un helado conmigo.

Él se rió y me acomp...