Padre e Hijo

[MATÍAS]

Sus ojos cafés me miran fijamente, tanto que me puedo ver reflejados en ellos. Puedo ver mi cara de angustia y no me atrevo a moverme, ya que no sé qué es lo que está pasando por esa pequeña cabecita. Las miradas de Aitana y Sandra están sobre nosotros expectantes a lo que va a ocurrir aquí...