Capítulo 34

Un rubor sube por mi cuello y se extiende por mis mejillas, mi rostro se pone rojo. —Gracias, nunca me habían llamado así tampoco.

—De nuevo, acostúmbrate a ello —Dean se rió, tomando asiento frente a mí.

—¿Cómo tuve tanta suerte? —me río, escondiendo mi rostro entre las manos mientras murmuro—: E...