Para ti

Visenya miró su brazo y se estremeció al ver el corte sangrante que la daga había dejado en su piel. Temblando de incredulidad, salió tambaleándose de la cueva de cristal, dejando caer la daga al suelo, perdida en medio del caos de sus pensamientos.

Se sentía aturdida y desorientada, luchando por c...