Amor no correspondido

—¿Avena otra vez? —se quejó Synora durante el desayuno—. Estoy harta de comer esta estúpida avena.

—Bueno, iba a ir al mercado esta mañana, pero no puedo con esta lluvia, ¿verdad? Así que supongo que tendrás que comer tu estúpida avena... o morirte de hambre —respondió Caspian.

—Esta tormenta es t...