Recuerdos desagradables

Visenya estaba en la cocina, saboreando los restos del desayuno de Lucian, cuando sintió que unos brazos la rodeaban por la cintura desde atrás, dándole un apretón fuerte.

—Gracias, mi reina. Nunca podré expresar lo agradecida que estoy —proclamó Emi, rebosante de gratitud.

Visenya se dio la vuelt...