CAPITULO 61

ALESSIO

—¡En el mío! —vociferó Iván cuando salía de la mansión. Se refería a su auto.

—¡En dónde sea, pero ya muévanse! —gritó mi padre antes de subirse a su auto.

Salió dejando una estela enorme de polvo, por la velocidad que iba conduciendo.

Corrí hasta el auto de Iván, y me trepé en el asient...