CAPITULO 43

ALESSIO

Entre de prisa a casa, los gritos se escuchaban hasta afuera, eso dejaba claro que mi padre ya se encontraba aquí.

En cuanto cruce la puerta, Antonella me embistió en la estancia. Los gritos venían de la parte de arriba.

—Por fin llegaste, todo aquí es un maldito desastre. Papá está a cas...