CAPÍTULO CIENTO NOVENTA Y NUEVE

—Eres más valiente de lo que pareces, estoy bastante impresionado. No te preocupes, amor, seguimos siendo amigos.

Zeus

—Esto es rarísimo—, exclamé y tiré la carta en el cajón de mi mesita de noche.

Me aterraba lo que significaba su atención. Todavía recuerdo a la hermosa chica que fue convertida e...