Capítulo veintiséis

—¡Kane, espera! —Theodore lo agarró del brazo—. Mira.

Miré hacia abajo y vi cómo la piel enrojecida de mi compañera volvía lentamente a su color blanco cremoso. —Tampoco parece estar calentándose... —Kane y Theodore acababan de pasar la puerta del castillo cuando Theodore se dio cuenta de los cambi...