Capítulo veintidós

Después de regresar del hospital, Kane acostó a Trixie en la cama y comenzó a quitarle la ropa.

—¡¿Q-qué e-estás h-haciendo?! —balbuceó Trixie—. ¡D-d-déjalo! —empezó a apartar sus manos—. ¡N-no m-me t-toques!

—Cariño, para. Estoy tratando de ayudarte a quitarte esto. ¡Estás herida! Déjame cuidarte...