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Desde el momento en que Jacque se despertó, todo fue un torbellino. Fane la besó dulcemente, la abrazó y finalmente la dejó ir, observando cómo cruzaba la calle hacia la casa de los Henry. Se duchó y se puso la ropa nueva que su madre había comprado, y no estaba nada mal. Unos jeans lindos y una cam...