CAPÍTULO 56 NO QUIERO OTRO TOQUE QUE NO SEA EL DE ALONDRA

Tomé la mano de Violetta, posando un beso suave en su dorso, sintiendo la tersura de su piel. Aunque su presencia era cautivadora, su tacto no se acercaba ni por un momento al de Alondra. Un nudo amargo se formó en mi garganta, como si algo en mi interior se quebrara, como si mi piel fuera ahora tan...