CAPÍTULO 30

Lis colocó el frasco que sostenía de vuelta en su bolsa, creando un sonido firme. Lágrimas de frustración y agotamiento llenaron sus ojos y las secó con enojo. No importaba lo que hiciera por Adda, no lograba que despertara.

Se sentó sobre sus talones, sin saber qué hacer ahora. No tenía mucho más ...