Descanso y curación

Me desperté desesperada la mañana después de mi encuentro con Sebastian. Mi cuerpo dolía por las marcas y los moretones, pero el dolor emocional era mucho peor. La vergüenza y la humillación eran abrumadoras. Me quedé en la cama, mirando al techo, incapaz de reunir la energía para empezar el día.

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